María Corina Machado y el cerco informativo en X: “No ha habido un momento de mayor censura”

Con campañas de propaganda encubiertas y redes oficialistas con militantes, bots y trolls operando en la red social censurada en Venezuela, la líder opositora expone su visión sobre el control informativo de la plataforma

Por La Hora de Venezuela

Durante la última semana, #LaHoraDeVenezuela publicó tres investigaciones que documentan cómo estructuras vinculadas al Ministerio de Comunicación e Información (Mippci) siguen activas en X pese al bloqueo de la plataforma. Los reportajes demostraron el reciclaje de cuentas institucionales y de perfiles de funcionarios públicos que, operando junto a redes de militantes, bots y trolls, han sido usados para amplificar propaganda gubernamental y desinformación contra figuras que el oficialismo venezolano evita atacar directamente en medios y vocerías estatales.

En conjunto, estos hallazgos dibujan un escenario de acceso desigual a X. Mientras millones de venezolanos solo pueden entrar a la plataforma usando VPN —si pueden pagarlas o configurarlas—, estructuras vinculadas al Estado no dejan de aprovechar la misma plataforma para posicionar narrativas, criminalizar adversarios y proyectar sus campañas hacia audiencias nacionales e internacionales. 

Al respecto, declaraciones de la dirigente opositora María Corina Machado, así como señalamientos de organizaciones de derechos humanos y especialistas en derechos digitales, apuntan a un mismo diagnóstico: que el gobierno de Nicolás Maduro intenta controlar la información a la que se exponen los venezolanos utilizando un cruce de censura, difusión coordinada de propaganda y manipulación de redes sociales.

Bloquear X para la gente, pero usarla en contra de sus adversarios

La última vez que María Corina Machado apareció físicamente en público fue el 9 de enero de 2025, cuando lideró en Caracas una protesta opositora contra la investidura de Nicolás Maduro, luego de unas elecciones presidenciales celebradas el 28 de julio de 2024, ampliamente cuestionadas por la oposición y por observadores internacionales. Machado había sido inhabilitada para competir, a pesar de haber ganado las primarias opositoras de 2023.

Desde entonces, Machado se mantiene bajo resguardo, amenazada por la administración de Maduro. Pero sigue activa en el plano político y en 2025 fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz.

“No ha habido un momento de mayor censura a la libertad de expresión y de persecución a los mecanismos de comunicación en Venezuela que el que estamos viviendo hoy, sean medios de comunicación abiertos, redes sociales e incluso aplicaciones”, señaló Machado, al referirse a la ola de censura digital que repuntó durante la campaña electoral de 2024 y que se agudizó tras las elecciones presidenciales del 28 de julio.

Esa ola de censura digital incluyó el bloqueo de al menos 79 portales web, entre ellos los de tres iniciativas de verificación de hechos. También fueron bloqueados el acceso a la red social X y a la aplicación de mensajería cifrada Signal, herramientas que muchos venezolanos utilizaban para comunicarse e informarse de manera independiente, según un informe publicado este año por VE Sin Filtro. 

Pero, aunque la administración de Maduro bloqueó X, en la plataforma permanecen activas redes de propaganda que lo apoyan de forma “no oficial”, de forma encubierta.

“Bloquean X a la gente dentro del país para que nosotros no lo podamos usar, pero ellos sí operan en mi contra, en contra de nuestra causa y de nuestros aliados”, reflexionó Machado, al referirse a la operación de información vinculada con el Mippci que sigue activa en la red social bloqueada. 

Para Machado, este engranaje comunicacional confirma que la administración de Maduro no ha renunciado al uso estratégico de las plataformas digitales, incluso el de la misma red social que censuró. “El régimen conoce el poder y la penetración de esos medios. En años pasados no habríamos podido ganar elecciones sin usarlos, porque era lo único disponible”, explicó.

Objetivo recurrente de la desinformación oficialista

María Corina Machado es un objetivo regular en campañas de desinformación y estigmatización en línea impulsadas por el oficialismo de forma abierta y encubierta. La aparición de bulos en su contra se intensificó desde las primarias opositoras de 2023, cuando empezó a perfilarse como candidata presidencial y, tras su inhabilitación, con narrativas que buscaban erosionar su credibilidad y sembrar confusión sobre su situación política y personal.

En octubre de 2025, Cazadores de Fake News publicó un inventario con más de 80 verificaciones correspondientes a 2024 y 2025, todas dirigidas exclusivamente contra Machado, el recuento más alto registrado por la organización para una sola persona desde su fundación en 2019.

Para Machado, estas campañas de descrédito en entornos digitales impulsadas en su contra, son la continuación de otras similares que ya la habían tenido como objetivo hace más de 20 años, antes de que las redes sociales se hicieran populares. Recuerda que incluso llegaron a transmitirse spots difamatorios en su contra en medios de comunicación estatales e instalarse vallas con su rostro en las que se le agredía. “Ni hablar en el discurso proveniente del propio Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y de cada uno de sus propios voceros que, además, crearon sus propias cajas de resonancia”, recuerda.

Por ejemplo, según un artículo publicado en septiembre de 2013 en el antiguo blog del medio venezolano Caracas Chronicles, la página web de la Asamblea Nacional de Venezuela —para entonces presidida por Diosdado Cabello— abría con un banner con el rostro de Machado, un título en el que era calificada como “la hidra del golpismo”, y con un enlace a un artículo difamatorio publicado en la misma página de la asamblea Nacional.

El texto aparecía firmado por Dayra Rivas, entonces periodista de la Asamblea Nacional y hoy directora de Medios Digitales del Mippci. Años después, en 2024, Rivas manejaba la cuenta @PiensaIA, la misma que en 2025 cambió de nombre y comenzó a publicar contenidos “Dracarys” (@UnleashDracarys), la cuenta anónima con un avatar de dragón que había sido uno de los ejes de la actual operación de información vinculada con el Mippci en X, hasta su reciente suspensión por violar reglas de autenticidad de la plataforma.

Durante varios días de septiembre de 2013, la página web de la Asamblea Nacional de Venezuela abrió con un banner que dirigía a un artículo difamatorio contra María Corina Machado.

Estigmatización que trasciende fronteras

Casos recientes muestran que muchos de los ataques digitales y etiquetas difamatorias dirigidas en Venezuela contra personas distintas, provienen del mismo ecosistema digital vinculado con el oficialismo. 

En todos se repite el mismo patrón: medios (oficiales o no), propagandistas o cuentas anónimas —algunas manejadas por funcionarios— publican contenidos que luego son amplificados de forma coordinada por redes de cuentas que pueden ser orgánicas (de militantes) o inauténticas (bots y trolls), que en ocasiones se coordinan para impulsar múltiples campañas. 

Lo anterior ocurrió, por ejemplo, con varias de las etiquetas difamatorias que fueron promovidas por la misma operación de información vinculada con funcionarios de la Dirección de Medios Digitales del Mippci, que no solamente estuvieron dirigidas en contra de líderes políticos como María Corina Machado, sino también en contra de activistas y periodistas venezolanos como Martha Lía Grajales o Melanio Escobar e, incluso, contra el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk.

La ONG Espacio Público advierte que estas prácticas distorsionan la conversación pública y “dan cuenta de un daño deliberado e intencional contra el ecosistema informativo y el debate público, que en definitiva impacta directamente en las personas: las criminaliza, las posiciona como enemigos políticos”. La organización alerta también que “estas narrativas alientan la persecución, promueven el acoso digital y, en el peor de los casos, buscan validar violaciones graves a los derechos humanos, como el inicio de procesos judiciales penales o detenciones arbitrarias”.

Pero ese patrón en las campañas de desinformación y estigmatización del gobierno de Maduro no se dirige solamente contra figuras percibidas como adversarios políticos internos. El mismo aparato que ha impulsado campañas contra Machado también opera hacia afuera, adaptando su narrativa para atacar a una gran cantidad y variedad de actores internacionales.

Por ejemplo, la misma operación de información encubierta vinculada al Mippci apuntó campañas encubiertas en contra de figuras políticas internacionales como Donald Trump y Marco Rubio. Lo que contrasta con el discurso mucho más diplomático que proviene de declaraciones de funcionarios venezolanos o se transmite a través de medios de comunicación oficiales, como Venezolana de Televisión o Telesur.

“Esto demuestra que el régimen le tiene terror a una posición firme para acabar con la impunidad en violaciones de derechos humanos, la corrupción y el narcoterrorismo y por lo tanto no quiere generar ningún tipo de tensión, ni molestar al presidente Trump. Pero, evidentemente, sus mecanismos de lobby para desacreditar su política y la de funcionarios de su administración están más duros que nunca”, sostuvo María Corina Machado. 

Una operación persistente 

El 12 de noviembre, tres días después de la publicación del artículo de #LaHoraDeVenezuela sobre la cuenta anónima Dracarys, esta fue suspendida por X. La cuenta no fue suspendida por error, o como medida de “censura” al contenido que publicaba: la cuenta anónima se encontraba violando claramente la Política de Autenticidad de X, que prohíbe identidades falsas, información engañosa y actividad no auténtica en la plataforma.

La suspensión de la cuenta, sin embargo, no detuvo la operación. Desde entonces han sido identificados otras cuentas trolls secundarias, de amplificación, recién creadas en noviembre, que repiten los mismos patrones de inautenticidad y replican el mismo tipo de contenidos. Además, apareció una nueva cuenta troll principal, “Alfa”, que pasa a suplir el espacio dejado tras la suspensión de Dracarys y que, por su comportamiento, podría estar bajo control de los mismos funcionarios de la Dirección de Medios Digitales del Mippci, o por personas relacionadas con los mismos. 

Todo lo anterior confirma la persistencia de la operación de información que —a pesar de su limitada viralidad— continúa activa en la red social censurada por el mismo ministerio y, además, lo hace violando las mismas normas de autenticidad por las que sus cuentas han venido siendo suspendidas desde hace más de un año.

Expertos interpretan esta continuidad como un intento por sostener una narrativa cada vez menos efectiva, justo cuando las audiencias muestran un escepticismo creciente. En esa línea, la ONG Espacio Público advierte que el uso de bloqueos a redes sociales y medios independientes, de forma simultánea con campañas encubiertas, “buscan imponer por vía directa e indirecta una narrativa única a través del abuso del poder estatal”.

Desde la perspectiva de Machado, aunque la administración de Maduro intente imponer esa narrativa única el impacto de estas campañas cada vez es más limitado, incluso en presencia de un ecosistema de cuentas impulsando coordinadamente propaganda en redes sociales. En su opinión, el cambio se debe a que los venezolanos han aprendido a detectar la desinformación en línea, a discernir entre lo falso y lo verdadero y a identificar campañas de propaganda en redes sociales.

“La reacción ciudadana ha sido enorme, de salir en defensa de la verdad y en mi defensa, cosa que obviamente agradezco con toda mi alma”, recordó Machado, reivindicando el papel de la sociedad civil venezolana como muro de contención frente a la desinformación. 

Y sobre el uso de desinformación por parte de actores vinculados con la administración de Maduro, concluyó: “siento que más bien se ha convertido en un boomerang que hunde y descalifica al régimen aún más”.


***El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa, con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes “contra el odio”, “contra el fascismo” y “contra el bloqueo”. Este contenido fue elaborado por periodistas que están en Venezuela y está siendo publicado teniendo en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.

Cazadores de Fake News investiga a detalle cada caso, mediante la búsqueda y el hallazgo de evidencias forenses digitales en fuentes abiertas. En algunos casos, se usan datos no disponibles en fuentes abiertas con el objetivo de reorientar las investigaciones o recolectar más evidencias.

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