El aparato comunicacional oficialista amplifica declaraciones de políticos y artículos de medios estadounidenses que encajan con guiones enviados a través de Siscom
Por: La Hora de Venezuela. Sexta y última parte de la serie “Pueblo o Libreto”
El aparato de propaganda de Nicolás Maduro toma frases y artículos de actores estadounidenses y los recicla como “prueba” de fracturas y desacuerdos entre sus adversarios, intentando aprovechar diferencias entre medios, partidos y corrientes políticas en Estados Unidos.
El 1° de septiembre, en una rueda de prensa internacional convocada ante las amenazas del gobierno de Estados Unidos y la presencia de buques posicionados en el mar Caribe, Nicolás Maduro lanzó un señalamiento: «(…) La mafia de Miami ha tomado el poder político de la Casa Blanca y del Departamento de Estado, (…) han impuesto su visión mayamera extremista y han “mayamizado” la política exterior de los Estados Unidos hacia toda América Latina y el Caribe, porque amenazar a Venezuela es amenazar al continente entero».
La frase no fue pronunciada de forma aislada: encajaba con un libreto ya en circulación. Días antes varios argumentos similares habían sido enviados en un documento distribuido a través de Siscom, el sistema de mensajería usado por el Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información (Mippci) de Venezuela para bajar manuales y “líneas” a redes de medios, portales afines y militancia digital, y coordinar su amplificación a gran escala.
«La maniobra belicista estadounidense es impulsada por sectores extremistas del sur de Florida, que representan a menos de 10% de la población de EE. UU. y buscan imponer su agenda a todo el país, ignorando a las mayorías que se oponen a las guerras y quiere que el gobierno se enfoque en problemas internos», dice un párrafo del documento rector de la campaña “Venezuela no es una amenaza, Venezuela es una esperanza», en un encuadre que contrapone a una minoría estadounidense “extremista” con una supuesta mayoría, enfatizando una fractura política interna.
Esta investigación es la sexta y última parte de la serie “Pueblo o Libreto”. Tras documentar el impulso de campañas coordinadas en TV y redes sociales y los actores, tácticas y líneas de propaganda diseminadas, en este texto se presentan, por primera vez, páginas de los libretos en los que esas líneas habían quedado formuladas.
Sobre esa base, críticas legítimas surgidas en Estados Unidos —emitidas sin coordinación alguna con los estrategas de la administración de Maduro— fueron transformadas en expresiones de respaldo a ideas ya previstas en los documentos enviados por el Mippci a través de Siscom, siendo luego amplificadas por todo el ecosistema oficialista venezolano.
Reciclando declaraciones de voceros demócratas
La Hora de Venezuela obtuvo acceso a varios libretos de planificación de campañas de propaganda gubernamental distribuidos a través de Siscom entre marzo y septiembre de 2025. El material permite ver cómo, desde el Mippci, se diseñan y distribuyen “líneas” para su difusión coordinada mediante distintas redes de amplificación, entre ellas los cerca de 40 mil usuarios que participan en alrededor de 600 grupos de Siscom.
En estos documentos aparecen decenas de líneas narrativas. Algunas de ellas coinciden con guiones ya analizados en trabajos previos de la serie “Pueblo o Libreto”, mientras otras apuntan a intervenir la conversación pública en Estados Unidos, contraponer lo que es llamado el “lobby de Miami” con movimientos como America First (“Estados Unidos primero”) y MAGA (Make America Great Again, “Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo”), empujar el aislacionismo estadounidense y encuadrar una escalada militar contra Venezuela como un costo inútil frente a los problemas internos de Estados Unidos.
El 3 de diciembre de 2025, el representante demócrata Jim McGovern anunció que presentaría —junto con los congresistas Thomas Massie y Joaquín Castro— una nueva resolución bajo la Ley de Poderes de Guerra (War Powers Resolution) para forzar una votación en el Congreso y frenar lo que describió como las “locas escaladas” de la administración Trump contra Venezuela. “Nadie, excepto el presidente y sus multimillonarios aliados, quiere esta guerra”, afirmó McGovern.
Horas después, Madelein García, periodista de Telesur —el canal de propaganda internacional dependiente del Mippci venezolano— citó y tradujo al español el posteo de McGovern, en una publicación que superó las 10 mil visualizaciones en X.
En términos generales, la declaración de McGovern coincidía con líneas discursivas incluidas en un manual operativo en formato de presentación enviado a través de Siscom meses antes, el 29 de agosto, por Johannyl Rodríguez, viceministro de Comunicación e Información de Venezuela. En la página 7 de este libreto aparecen, por ejemplo, frases como “Rubio no habla por MAGA, habla por los lobbies de guerra” y “Su agenda no responde al movimiento popular que respaldó a Trump, sino a corporaciones militares y minorías extremistas”.
La cita de García a McGovern funcionó como validación externa de narrativas que la administración de Maduro busca posicionar. No hizo falta que periodistas, medios o comunicadores afines hablaran de divisiones en Washington sobre Venezuela: bastó con amplificar a un representante demócrata desde dentro del sistema político estadounidense, para que el encuadre no sonara a propaganda oficial.


Días antes, el 29 de noviembre de 2025, el senador demócrata Chuck Schumer también había cuestionado que la política hacia Venezuela no se alineara con el principio de America First, aludiendo al gasto innecesario de recursos y a prioridades internas.
«Los estadounidenses están cansados de las interminables guerras en el extranjero que cuestan la vida a innumerables militares estadounidenses y agotan recursos valiosos. Esta no es una política de “Estados Unidos Primero”», escribió Schumer en X.
El planteamiento de Schumer también resonaba con ideas ya incluidas en la presentación del 29 de agosto: la ruptura entre America First y la guerra, y el costo de una escalada para el ciudadano común. Entre las líneas del libreto enviado por el funcionario del Mippci destacan: “Trump prometió priorizar los intereses de EE. UU. frente a aventuras militares”, “La guerra empobrece al pueblo: billones de dólares se pierden en conflictos exteriores mientras en casa persisten la pobreza, la inflación y la crisis de vivienda” y “¿Por qué financiar intervenciones en el mundo cuando millones de ciudadanos trabajan dos o tres empleos para sobrevivir?”.
Venezuela News, un altavoz “no oficial” de propaganda pro Maduro —y amplificador frecuente de desinformación—, reseñó las declaraciones de Schumer como otra prueba de que figuras del liderazgo demócrata cuestionan la coherencia y legitimidad de una escalada contra Venezuela. Su cobertura aplicó la misma técnica: reencuadrar una crítica interna de Estados Unidos como confirmación de las narrativas que habían sido definidas en los libretos con la estrategia comunicacional enviados a través de Siscom.
El 2 de septiembre, Juan González —ex director para el Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional durante la administración Biden— cuestionó en X la lógica del despliegue militar en el Caribe: «¿Entonces el gobierno de Estados Unidos está usando información falsa para justificar una designación terrorista y luego gastando al menos 7 millones de dólares por día para que un grupo de portaaviones mate a 11 traficantes…?».
A las pocas horas, la Agencia Venezolana de Noticias (AVN) —adscrita al Mippci— lo convirtió en titular (“Ex asesor de Biden denuncia información falsa y despilfarro millonario”). El comentario de González también fue reseñado por Venezuela News y Globovisión, otros dos altavoces “no oficiales” de propaganda del oficialismo.
El encuadre, nuevamente, era perfecto para amplificar las narrativas del libreto, sin necesidad de fabricar el mensaje desde el aparato de propaganda de Maduro.
Sembrando discordia entre Marco Rubio y MAGA
Junto a las narrativas sobre America First y el gasto innecesario de recursos públicos estadounidenses, en los libretos distribuidos por Siscom también se delinea otra línea divisionista: presentar la política estadounidense hacia Venezuela como el resultado de una fractura interna, en la que una minoría —asociada al Secretario de Estado Marco Rubio y varios políticos cubanos de la Florida— arrastraría al país a una escalada no deseada por el resto de la población.
Estas directrices buscan intervenir la conversación pública estadounidense desde dentro, intentando sembrar discordia al amplificar tensiones preexistentes entre el movimiento MAGA (Make America Great Again) y parte del aparato político en Washington.
El mismo libreto enviado por Siscom el 29 de agosto, por ejemplo, define puestas en escena para contenidos que incluyan “material breve, directo, que conecte con la audiencia MAGA”. En otra de sus secciones aparecen “frases de impacto”, como “Rubio no habla por MAGA, habla por los lobbies de guerra”, “Trump defiende a América Primero; Rubio defiende primero sus intereses” o “Florida no puede imponerle al resto de Estados Unidos una guerra en América Latina”.


Un ejemplo concreto de un contenido que buscaba profundizar este tipo de diferencias, es un video publicado el 15 de noviembre de 2025 en la cuenta de X de Extra News Mundo, otra fuente “no oficial” de propaganda venezolana. En el video, complemento de un artículo de opinión firmado por un autor anónimo, “Unleash Dracarys”, se reseñó una entrevista realizada a la ex congresista María Elvira Salazar por Univisión, mencionando la reacción de Laura Loomer, una activista e influenciadora de derecha alineada con Trump.
“Unleash Dracarys” es el seudónimo usado por Dayra Rivas, directora de Medios Digitales del Mippci, para participar en una operación de información gubernamental que dicho ministerio está impulsando de forma encubierta en X desde principios de 2025. La voz en off presente en el video es la de Rivas.
El guion del video retoma, casi punto por punto, el contraste “MAGA vs. Florida” que aconseja el libreto enviado por Siscom. Asegura que un grupo de políticos cubanos de la Florida intenta imponer a Trump una guerra y engancha el discurso con un marco antiintervencionista, asegurando que el principal problema de drogas en Estados Unidos es el fentanilo.
El video de propaganda encubierta intenta alimentar fricciones entre el grupo de cubanos intervencionistas (representados por Salazar) con los grupos aislacionistas alineados con MAGA y America First (representados por Loomer).
Amplificando artículos útiles de The New York Times
El 4 de diciembre de 2025, The New York Times publicó un reportaje fotográfico sobre la vida en Caracas en el que, pese al despliegue militar estadounidense en el Caribe, pareciera seguir su rutina.
El artículo —que inicia con el video de un grupo de caraqueños bailando en un local nocturno— recorre escenas de conciertos, béisbol y celebraciones navideñas en un país en aparente calma. A la vez, advierte que la vigilancia de las fuerzas de seguridad venezolanas ha apagado la expresión abierta del disenso y cierra con una duda: si esa tranquilidad puede creerse del todo.
Una versión resumida del artículo, publicada en la cuenta de Instagram de The New York Times, recibió más de mil comentarios de los cuales, al menos la mitad, eran negativos o de rechazo. El carrusel abría con el mismo video de los venezolanos bailando, pero omitía por completo la duda con la que cerraba el reportaje original.
Parte del rechazo se debió al encuadre del contenido en Instagram: aunque la vida cotidiana continúa en Caracas, el mensaje de la pieza parecía resaltar lo festivo y empujar a segundo plano la censura, el miedo, la persecución y la militarización que se han profundizado en Venezuela desde que se consumó el fraude electoral en las presidenciales de 2024. Además, lo festivo resonaba con varias piezas de propaganda tranquilizadora que comenzaron a aparecer en el ecosistema de propaganda oficialista, con más frecuencia, desde el inicio de la operación en el Caribe.
Por ejemplo, desde mediados de noviembre, a través del canal oficial de Nicolás Maduro en Telegram se compartieron al menos cinco videos con venezolanos bailando y celebrando, bajo el mismo encuadre de normalidad y paz en el país. En uno de ellos Maduro bailaba y pedía “rumba” todos los días de la semana. Todos estos contenidos fueron amplificados de forma masiva y coordinada por medios estatales y redes de militancia digital, en línea con el método “Calle, Redes, Medios, Paredes y Radio Bemba” definido en un manual, atribuido al mismo Maduro, que define su estrategia global de propaganda.
Ese mismo enfoque también aparece formulado como línea operativa en otro libreto enviado a través de Siscom.
En una presentación enviada el 26 de agosto, antes del inicio de la campaña #YoMeAlisto, se explica que: “La guerra psicológica se derrota con imágenes de paz, disciplina y normalidad” y “Nuestra respuesta es mostrar que el país no se paraliza, que sigue produciendo, trabajando y avanzando”.


Más explícito fue el aprovechamiento de otro artículo de The New York Times, publicado el 26 de noviembre de 2025, que recogió críticas de exdiplomáticos, expertos y figuras opositoras a Nicolás Maduro sobre afirmaciones atribuidas a María Corina Machado. El texto advierte que, en medio del despliegue militar de la administración Trump en el Caribe, algunas voces temen que se estén exagerando o difundiendo afirmaciones falsas para justificar una intervención, y menciona “afirmaciones desmentidas” en temas de narcotráfico y seguridad.
El reportaje también coincidía con líneas de propaganda incluidas en libretos del oficialismo en los cuales se presenta la “lucha antidrogas” como un pretexto para continuar con la escalada y la militarización en el Caribe. En el libreto enviado el 29 de agosto, por ejemplo, aparece una línea especialmente clara: “El cartel de los soles es una fabricación mediática para justificar agresiones”, junto a otras que sostienen que EE. UU. usa ese marco para impulsar un cambio de régimen y expandir su presencia en la región.
Pantallazos de ese artículo de The New York Times fueron rápidamente aprovechados por una red de creadores de videos de propaganda que amplifican artículos de Venezuela News, coordinadamente, en varias redes sociales, así como por la operación de información encubierta desplegada en X por la Dirección de Medios Digitales del Mippci.
La campaña intentó reforzar una línea ya presente en documentos de Siscom: desacreditar a María Corina Machado, presentándola como una fuente de desinformación que estaría empujando a Estados Unidos hacia una intervención.

El texto, sin embargo, no incorporó un dato relevante del contexto venezolano: el historial documentado de más de 80 bulos e incidentes de desinformación dirigidos contra Machado desde el aparato comunicacional de Maduro entre 2024 y 2025.
Esa ausencia facilitó que el reportaje fuera reencuadrado como respaldo a una línea ya presente en documentos de Siscom —acusarla de ser desinformadora—, pese a que en uno de los libretos también aparecen más líneas desinformadoras en su contra, como acusarla de ser la “responsable única y directa de las violaciones de los derechos humanos de los migrantes venezolanos” o vincularla con el financiamiento del Tren de Aragua.
***El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa, con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes “contra el odio”, “contra el fascismo” y “contra el bloqueo”. Este contenido fue elaborado por periodistas que están en Venezuela y está siendo publicado teniendo en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.
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