El meme del “Cartel de Sodoma y Gomorra” y otras historias perdidas del Siscom

A comienzos de 2025, el Ministerio de Comunicación de Venezuela distribuyó un meme difamatorio en contra de varios expresidentes latinoamericanos. Horas después, el propio Nicolás Maduro lo amplificó en cadena nacional.

La noche del 8 de enero de 2025, en un acto de carácter estratégico en materia de seguridad nacional, Nicolás Maduro dirigía la instalación de los Órganos de Dirección para la Defensa Integral (ODDI). Frente a él se encontraba el alto mando político y militar del país, incluyendo a gobernadores, el Estado Mayor Superior de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y los directores de los servicios policiales y de inteligencia. 

En medio de su intervención, Maduro levantó y enseñó a las cámaras su teléfono, mostrando un meme que se había estado difundiendo en redes sociales. La imagen llevaba como título la frase “El Cartel de Sodoma y Gomorra: corrupción, pedofilia y narcotráfico” y mostraba a Edmundo González Urrutia acompañado por otras trece personas.

«Me llega pues, estoy aquí tranquilito, trabajando. El “Cartel de Sodoma y Gomorra”. El nuevo cartel de la corrupción, la pedofilia y el narcotráfico. Aquí están los que quieren asaltar el poder en Venezuela (…) Esto está corriendo en las redes, una cosa impresionante», dijo Maduro, pasando de inmediato a calificar a varios de los retratados como “pedófilos”, “narcotraficantes” y “asesinos”.

Maduro muestra meme de «El Cartel de Sodoma y Gomorra» ante la cúpula política y militar, en acto de seguridad nacional, 8 de enero de 2025

La foto grupal había sido tomada el 3 de enero en Panamá y, desde entonces, se había vuelto viral en redes sociales. Quienes escoltaban a González Urrutia en ella eran varios expresidentes latinoamericanos de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (el llamado Grupo IDEA), además de otras figuras políticas de la oposición venezolana.

El meme mostrado en el acto del 8 de enero usaba el mismo retrato como base, pero se le superpuso un título difamatorio: “El Cartel de Sodoma y Gomorra. Corrupción, pedofilia y narcotráfico”. Maduro lo presentó como una supuesta prueba del rechazo generalizado hacia quienes aparecían en la imagen.

Pero el meme no tuvo el origen viral y espontáneo sugerido por Maduro, sino que formaba parte de una campaña promovida por su propio Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información (Mippci). Apenas una hora antes de que lo mostrara ante las cámaras —a las 6:51 p. m.— Johannyl Rodríguez, viceministro de Comunicación e Información, lo había enviado a todos los grupos que integran el Siscom: el sistema de mensajería estatal a través del cual se coordinan y ejecutan campañas de propaganda y desinformación gubernamental.

El episodio no fue un caso aislado: se enmarcó en una campaña que había comenzado días antes, el 3 de enero. Ese día, el viceministro Rodríguez compartió un conjunto de infografías difamatorias contra varios de los expresidentes que aparecían en la foto grupal: Vicente Fox y Felipe Calderón (México), Mireya Moscoso y Ernesto Pérez Balladares (Panamá), Andrés Pastrana (Colombia), Mario Abdo Benítez (Paraguay) y Jorge Jamil (Ecuador).

“Les envío material para la batalla contra la Caravana de Ratas amigos de Inmundo González”, escribió el viceministro segundos antes de enviar las piezas, que combinaban datos reales o críticas sobre escándalos judiciales de esos exmandatarios con afirmaciones falsas o no verificadas.

Acosar, insultar, desmoralizar. Repetir.

En las dos entregas previas sobre el Siscom, publicadas en 2025, se explicó la lógica y la estructura del sistema, así como la forma en que la administración de Nicolás Maduro lo utiliza como una autopista para distribuir libretos de campaña y contenidos diseñados para difundirse en entornos digitales.

Pero sus cerca de 600 grupos de chat no se han usado solo como canal de propaganda. A través de ellos también se han activado campañas de desinformación, censura coordinada y hostigamiento digital, convirtiendo a militantes y empleados públicos en ejecutores de ataques contra adversarios del gobierno, incluidas figuras políticas nacionales e internacionales y, en algunos casos, periodistas.

El 15 de julio de 2024, por ejemplo, se activó una campaña de ciberacoso contra Orlando Avendaño, periodista venezolano en el exilio. El viceministro Johannyl Rodríguez compartió un tuit de Avendaño y ordenó a los integrantes del Siscom responder coordinadamente, “darle hasta con el sartén, la escoba y el tobo”. También los instó a que, si eran acusados de ser bots, contestaran que eran “gente de carne y hueso”.

Esa capacidad de activar tareas concretas y sostener ofensivas en el tiempo también se aplicó en otros momentos políticos clave, como tras la salida al exilio de Edmundo González Urrutia el 8 de septiembre de 2024, luego de que el chavismo lo acusara de presuntos delitos y se dictara una orden de captura en su contra. El Mippci aprovechó ese episodio para activar una campaña con la que buscó capitalizar el hecho como una victoria política y comunicacional.

En una nota de voz enviada a través del Siscom el mismo día en que se conoció el exilio de Edmundo González Urrutia, el ministro de Comunicación e Información Freddy Ñáñez calificó su salida del país como una “capitulación” y una “victoria que debía aprovecharse políticamente durante toda la semana”. 

Ñáñez adelantó que enviaría instrucciones y mensajes listos para difundir en redes sociales con el objetivo de “fortalecer la moral de la Revolución Bolivariana” y, al mismo tiempo, “desmoralizar, como corresponde, al enemigo que aún cree ingenuamente en las promesas de la fascista María Corina Machado”.

Meses después, la maquinaria se reactivó tras un mensaje que González Urrutia dirigió a la FANB el 5 de enero de 2025, poco antes de la toma de posesión presidencial pautada para el día 10.

“Muchos de ustedes han manifestado su deseo de cambio junto a todos los venezolanos”, dijo González Urrutia en su mensaje a los funcionarios militares. “A partir del 10 de enero debemos actuar con determinación y unidad para proteger nuestra Venezuela”.

https://twitter.com/EdmundoGU/status/1876080161919263203

Nuevamente, el Mippci respondió con una campaña de estigmatización coordinada a través de Siscom que incluso recurrió a insultos misóginos y homofóbicos. 

Entre el contenido enviado por el sistema, figuran líneas discursivas que debían ser diseminadas por cuentas de la “Guerrilla Comunicacional y medios no oficiales”, con frases como: “Edmundo González le habla a la FANB con su típica voz de niña, que ni su esposa le hace caso”.Con otro de los mensajes se atacaba a la “dupla” conformada por el ex candidato y el entonces presidente saliente de Estados Unidos. “Joe Biden recibirá a Guaimundo. Vaya dupla: el decrépito desmemoriado y el payaso con voz de niñita”, en alusión a Biden y al propio González Urrutia.

Siscom como burbuja informativa

La promesa oficial con la que se ha presentado al Siscom es la de “combatir” la desinformación y el odio en contra de Nicolás Maduro y su administración. Lo que muestran los registros internos, sin embargo, representa una paradoja: la misma estrategia que se anuncia como defensiva ha servido para articular propaganda, desinformación y ataques coordinados contra adversarios del chavismo.

Esa contradicción se entiende mejor al contrastarla con el discurso público de Freddy Ñáñez. El ministro ha expresado preocupación sobre fenómenos como los algoritmos de redes sociales que profundizan los sesgos de confirmación, las “sectas digitales” aisladas en burbujas informativas y la necesidad de preservar un “entorno digital sano”. Ese diagnóstico no es exclusivo del chavismo: también aparece en debates y exigencias de organizaciones y sociedad civil sobre moderación, transparencia y campañas coordinadas.

En la práctica, sin embargo, el Siscom ha terminado convirtiéndose en una burbuja informativa creada por el oficialismo para el propio oficialismo: un entorno cerrado en el que circulan contrapropaganda y contenido hiperpartidista, como parte de una operación de información gubernamental a gran escala. Es una burbuja sin auditoría externa y con escaso escrutinio de la sociedad civil y de instancias independientes, en la que la única moderación posible es la que el propio gobierno decida aplicar —si es que la aplica—, porque la plataforma le pertenece y la controla.

Esa misma concentración de control permite que los contenidos que funcionarios del Mippci envían a través del Siscom sean reutilizados fuera del ciberespacio y presentados en espacios públicos como si fueran orgánicos o “virales”.

En el video del acto del 8 de enero de 2025, segundos antes de que Maduro levantara el teléfono para mostrar el meme, intervenía Jorge Rodríguez —exministro del Mippci— mientras el actual ministro Freddy Ñáñez permanecía visible al fondo del encuadre. Justo después de esa intervención, Maduro presentó el meme ante las cámaras.

El episodio adquiere otro peso cuando se considera que el viceministro Johannyl Rodríguez había enviado ese mismo material por Siscom poco antes, lo que hace probable que al menos uno de los funcionarios mencionados —Ñáñez, Rodríguez o Maduro— supiera que el meme del “Cartel de Sodoma y Gomorra” no era una simple invención espontánea “rodando en redes sociales”.


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