A un año de las presidenciales: Maduro mantiene “control” del país desde un esquema represivo, precisan analistas

A un año de las elecciones presidenciales, el país exhibe cierta «calma», gracias al férreo control gubernamental, a veces rota por protestas focalizadas para pedir la libertad de presos políticos o fallas en servicios públicos en las regiones

Por: La Hora de Venezuela

“Lo que queremos es paz y tranquilidad en el país”, expresa en voz alta, el integrante de un colectivo afecto al chavismo que controla una estación de gasolina en la avenida San Martín, en el centro oeste caraqueño.

Estos grupos, la mayoría armados, pululan abiertamente en parroquias emblemáticas de la capital de la República, como San Juan y 23 de enero como demostración de “control”, prestos a actuar al menor foco de descontento popular que se pueda expresar.

A pesar del denunciado fraude electoral del 28 de julio de 2024, ratificaron “lealtad” a Maduro y forman parte, de acuerdo con organizaciones de derechos humanos, del “brazo represivo” del poder, en pequeña escala. Hacia arriba, están los organismos policiales y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) como principal sostén armado de quienes ocupan Miraflores, con la “colaboración” del resto de los Poderes Públicos alineados con el Ejecutivo.

Analistas consultados por Efecto Cocuyo señalan que la profundización del esquema represivo, con saldo actual de casi 1.000 personas detenidas, que forzó a los líderes opositores al exilio o la clandestinidad, es lo que ha permitido a la administración de Nicolás Maduro mantener el “control” del país tras los comicios de 2024.

El politólogo Luis Remiro y el excoordinador nacional de Clase Media Socialista, Carlos Hurtado, precisan que el «control» no se traduce en “normalidad”, en un país donde la crisis económica y social del país persiste y con ella el deseo de cambio político entre la ciudadanía.

Voluntad a punta de garrote

“Hablar de normalización es como reconocer que el país entró en una estabilidad democrática y económica y no es así. Frente a todo lo que consideraron una amenaza a su permanencia en el poder, sin importar que perdieron las elecciones, lograron poner orden, tener lo fundamental bajo control. Pero no hay normalidad”, sostiene Hurtado.

Para el antiguo aliado del chavismo en el Gran Polo Patriótico, la situación del país sigue el ritmo que hasta ahora ha impuesto el gobierno nacional, cuya tendencia, advierte, es ir ganando cada vez más terreno con los cambios constitucionales y electorales que se avecinan, mientras toma medidas de fuerza para evitar que la oposición se vuelva a organizar.

“Se han hecho elecciones no competitivas que les han permitido extender aún más su radio de acción política, con un primer arrase de gobernaciones, producto de la abstención. Asistimos a la pérdida de más de seis décadas de democracia; en Venezuela se perdió el estado democrático, civil y participativo, y el liderazgo político y la ciudadanía parecen no poder ofrecer por ahora ninguna resistencia”, alertó.

En el contexto de las protestas contra los resultados del 28 de julio, anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) a favor de la reelección de Maduro sin mostrar evidencias, fueron detenidas unas 2.000 personas en el país, entre ellas un centenar de adolescentes, activistas de los partidos en las regiones y dirigentes políticos como Freddy Superlano, de Voluntad Popular; Biagio Pilieri, de Convergencia, y el alcalde de Maracaibo, Rafael Ramírez Colina, entre otros.

El recrudecimiento de la persecución llevó a Edmundo González a aceptar el exilio desde septiembre de 2024, mientras que la líder opositora María Corina Machado se ha visto forzada a permanecer en la clandestinidad, bajo la amenaza de ser encarcelada o “desterrada” en cualquier momento.

“Ha sacado provecho a la migración”

Se han producido excarcelaciones de presos políticos desde diciembre, pero las detenciones no han parado. A la fecha, la ONG Foro Penal contabiliza más de 900 encarcelados que incluyen a cuatro adolescentes, 96 mujeres y políticos como el excandidato presidencial, Enrique Márquez, y el dirigente de Primero Justicia, Juan Pablo Guanipa, quien se mantuvo en la clandestinidad hasta mayo de 2025.

Foto: EFE/Prensa del Ministerio de Interior, Justicia y Paz

“Después del 28 de julio lo que ha habido es un recrudecimiento de la autocracia en Venezuela, por lo que no podemos hablar de normalización como logro del gobierno que ha suprimido libertades como el derecho a la manifestación. El principal logro del círculo de poder con sus colaboradores y el respaldo de la institución militar es imponer su voluntad a la fuerza”, subrayó Remiro.

A su juicio, la inconsistencia de la política de Estados Unidos hacia Venezuela, bajo el mando de Donald Trump, la evasión de las sanciones, desviando la venta de petróleo a otros mercados con descuentos y el desplazamiento de la atención hacia el país por los conflictos bélicos en Ucrania y Gaza, también han permitido a Maduro ganar tiempo.

“Que Venezuela deje de ser una de las principales preocupaciones mundiales ha favorecido a Maduro, incluso el desgaste de la oposición de algunos países en el propio continente americano. Le sumamos los ataques y el aumento de medidas contra la migración venezolana en algunos países, de lo cual el gobierno saca provecho político”, dijo Remiro.

Precisamente por el tema migratorio se acaba de concretar una negociación directa entre Miraflores y EEUU, cuyo resultado fue un “canje” de 252 venezolanos presos ilegalmente en El Salvador por 10 estadounidenses detenidos en Venezuela, que también incluye a 80 presos políticos, en su mayoría manifestantes de la represión poselectoral, pero que aún siguen encarcelados. Para el chavismo esto es un “reconocimiento” de quien tiene el control en el país.

Menos partido, más inteligencia de Estado

Después de las presidenciales, la cúpula del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), sostenida por figuras como Diosdado Cabello y su ala militar; Jorge Rodríguez, además del propio Maduro, ha hecho esfuerzos por parecer una organización cohesionada y movilizada en torno al liderazgo de Maduro.

Ha proseguido con las consultas de proyectos comunitarios (lleva tres desde julio de 2024, incluida la de este 27 de julio), propuestos por consejos comunales y comunas, aunque expertos han señalado que estas figuras de organización popular se han vuelto estructuras casi “vacías” por la pérdida de apoyo entre las bases. La escasa participación de ciudadanos registradas en dichas consultas, parecen evidenciarlo, sin dejar de mencionar que no se ofrecen resultados de las votaciones y no se basa en un padrón electoral determinado.

El PSUV también organizó postulaciones de candidaturas a los comicios regionales y parlamentarios del 25 de mayo, así como las municipales de este 27 de julio, para que de las asambleas de las bases salieran los candidatos a gobernadores, diputados, alcaldes y concejales.

Eso con la salvedad que hizo el mismo Cabello de que la dirección nacional del PSUV tenía la última palabra en las designaciones, con lo que la “verticalidad” en la toma de decisiones – atribuida por analistas políticos- no ha dejado de ser una característica de la tolda roja ni antes ni después del 28 de julio.

Hubo protestas de partidarios del PSUV por las designaciones “a dedo” de candidatos a las alcaldías de Iribarren (Barquisimeto) y en Tucacas, estado Falcón, entre otros municipios. Los de Lara incluso amenazaron con llegar a Caracas si no se revertía el nombramiento del diputado Yanis Enrique Agüero como abanderado en Barquisimeto. Las bases aseguraron que el actual alcalde, Luis Jonas Reyes, fue el que tuvo más postulaciones en las asambleas y no Agüero.

Ante esto, Cabello cortó de tajo las protestas con solo una sentencia: «Aquí no hay imposición de candidatos».

Para Hurtado, más allá de la estructura partidista, al círculo de poder le interesa más afinar su aparato de inteligencia para ir acabando con el menor asomo de reorganización disidente.

“Estimo que los planes de represión y persecución seguirán y con más fuerza. Van a fortalecer con equipos y tecnología a los organismos de seguridad e inteligencia del Estado, sobre todo la Dgcim, para neutralizar y castigar cualquier disidencia. Hacer política en Venezuela se convertirá en un peligro si no estás alineado y bajo el dominio del gobierno. Muy peligroso y cuidadoso para quienes decidan seguir alzando la voz de lucha por la democracia”, subrayó.

A su juicio, el chavismo como movimiento que inició en el poder con un proyecto transformador con gran respaldo popular ya prácticamente no existe.

“Al chavismo lo han tratado de eliminar, ese sentimiento real que existía en aquellas bases populares, clase media que creyeron en un modelo político, se ha ido desvaneciendo. Tampoco les interesa que ese sentimiento real siga vivo; a la disidencia del chavismo la han reducido al punto que es muy peligroso identificarse como tal”, añadió.

Para ambos analistas, no hay señales de que el actual escenario de “control” de Miraflores sufra variaciones en el corto y mediano plazo por la desarticulación y desmovilización de la oposición mayoritaria, producto de la represión y la falta de unidad.

“El gobierno no está tan débil como lo asegura María Corina Machado y de ser el caso, la oposición en los actuales momentos no parece en condiciones de debilitarlo mucho más. Sin unidad estratégica, cambios como la reforma constitucional pasarán sin mayor resistencia, como está ocurriendo con los últimos procesos electorales”, advirtió Remiro.


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