El documento no tiene elementos de autenticidad esperados en una documentación diplomática oficial. Las inconsistencias detectadas sugieren que puede tratarse de un escrito no oficial, o forjado, que usa elementos gráficos para pretender legitimidad
El pasado 20 de octubre el periodista Casto Ocando publicó un documento que, según afirmó, es exclusivo del Estado de Catar. Las tres hojas del documento tienen como membrete la palabra «Confidencial» y, al pie de página, una versión en color gris del logotipo del Ministerio de Asuntos Exteriores del Estado de Catar, junto a un descargo de responsabilidad.
Entre otros tópicos, en el documento se plantean varias supuestas propuestas presentadas para impulsar un proceso de negociación política en Venezuela entre el oficialismo y parte de la oposición. Entre ellas figuran la convocatoria a nuevas elecciones presidenciales, el levantamiento de sanciones contra funcionarios de la administración de Nicolás Maduro y la reactivación de las licencias petroleras. En el texto se menciona explícitamente a figuras políticas venezolanas de oposición y relacionadas con la iglesia católica, como Henrique Capriles Radonski, Gerardo Blyde, Arturo Peraza y José Gregorio Correa, sugiriendo su participación.
Un análisis técnico del documento reveló múltiples inconsistencias que permiten cuestionar que se trate de un documento oficial catarí. Varios elementos no se ajustan a prácticas diplomáticas estándar ni al uso correcto de la identidad visual y los logotipos oficiales del Gobierno de Catar. Esto sugiere que podría ser un escrito no oficial o una falsificación, pero no de un documento oficial catarí.
Aunque el texto contenga datos ciertos o proceda de fuentes confiables, los indicios que lo presentan como un documento “confidencial” de la Cancillería de Catar no demuestran, por sí solos, la veracidad de su contenido.
Uso inconsistente del logotipo oficial catarí
En la práctica diplomática internacional, los documentos oficiales mantienen protocolos estrictos de presentación que incluyen formato específico, uso correcto de logotipos institucionales e idioma apropiado. Uno de los elementos más llamativos del supuesto documento filtrado, es la presencia del logotipo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Catar junto a un texto escrito en español, idioma inusual en comunicaciones oficiales cataríes, en las que suele preferirse el uso del idioma árabe y, ocasionalmente, del inglés.
Aunque el logotipo que aparece en el documento sí corresponde al diseño actual del Ministerio de Relaciones Exteriores de Catar —y en general de todo el Estado de Catar, en uso desde 2024—, su presentación viola explícitamente los lineamientos oficiales de identidad de marca del gobierno catarí publicados en el sitio web de la Oficina de Comunicación del Gobierno de Catar.
De acuerdo a lo que se establece en dichos lineamientos, el logotipo gubernamental solo puede utilizarse en dos versiones autorizadas: la versión estándar, con letras en negro y el emblema en color granate (el color oficial institucional), o la versión invertida, con fondo granate y logo y letras en blanco.
En la mencionada guía también se indica explícitamente que está estrictamente prohibido usar el logotipo en negro o en escala de grises.

De igual forma, se establece que en los documentos oficiales cataríes, el logotipo debe estar alineado a la derecha, bien sea en la parte superior o inferior del documento, y que no debe existir ningún elemento dentro de un márgen estricto alrededor de dicho logotipo “para garantizar su visibilidad, legibilidad e impacto”.


El documento atribuido a la Cancillería de Catar incumple varios de estos lineamientos en lo relativo al logotipo: emplea un tono gris desvanecido, lo sitúa centrado y, además, la advertencia de confidencialidad en el pie de página invade los márgenes que debe conservar por norma.
Por ello, aunque el logotipo sea similar al vigente, la estructura de la plantilla no se corresponde con la de un documento oficial de la Cancillería de Catar.
El logotipo no podría ser un sello húmedo, ni el documento una impresión escaneada
El análisis también permitió descartar otras hipótesis planteadas para explicar por qué el logotipo del pie de página aparece en gris “desvanecido”: que se trate de un sello húmedo o que el documento haya sido impreso y luego escaneado.
A simple vista, el logotipo muestra áreas con el color desvanecido, casi en blanco, en el interior de las figuras más grandes y en varios bordes y vértices. Ese patrón es idéntico en los tres logotipos de las tres páginas; si se hubiera usado un sello húmedo para marcar las tres páginas, el estampado no sería idéntico. Además, al superponer las páginas en Photoshop, la posición del membrete con la palabra “Confidencial”, los logotipos y la advertencia de confidencialidad coinciden exactamente.

Este detalle descarta la posibilidad de que se trate de tres sellos húmedos diferentes y sugiere, en cambio, que el documento fue creado con una plantilla en algún procesador de texto —como Microsoft Word—, en la que se insertó el mismo membrete, logotipo “desvanecido” y pie de página.
Adicionalmente, si el documento hubiese sido impreso y luego escaneado, además del eventual “desvanecimiento” del logotipo deberían observarse defectos típicos de escaneo en distintas áreas: manchas, dobleces o sombras en bordes y esquinas. En las páginas analizadas no se advierten tales defectos y el resultado se asemeja más a una salida generada directamente desde un procesador de texto y exportada a un formato digital (PDF, PNG o TIFF).
Pie de página genérico y copiado
En el pie de página del documento hay un descargo de responsabilidad en inglés que incluye una cláusula en primera persona, similar a las de plantillas públicas de documentos y correos electrónicos, pero poco común en documentos diplomáticos oficiales

La traducción equivalente en español del texto es: “Este documento y cualquiera de sus adjuntos son confidenciales y se dirigen exclusivamente a su destinatario. Cualquier alteración, impresión, uso o diseminación no autorizada está prohibida. No seré responsable del mensaje si se altera, cambia, falsifica, imprime o difunde sin mi autorización”.
Hay una conexión entre ese texto y Venezuela que pudo ser probada usando fuentes abiertas.
El mismo pie de página aparece, de forma casi exacta, en un texto publicado el 14 de junio de 2020 en el blog de WordPress de «Para Rescatar el Porvenir», del autor venezolano Alfredo Coronil Hartmann, quien falleció el pasado 27 de enero a los 81 años de edad.
En su blog, Coronil Hartmann solía reproducir textos que recibía por correo electrónico, a menudo copiando el mensaje completo y dejando visibles elementos accesorios como nombres de remitentes y direcciones de correos electrónicos, incluyendo la de varios de sus remitentes y la propia de Coronil Hartmann.
En la mencionada entrada que publicó en junio de 2020, también incluyó el descargo de responsabilidad traducido a tres idiomas (francés, español e inglés) que probablemente recibió junto al texto en un correo electrónico. La versión en inglés es casi idéntica a la que aparece en el documento, con la diferencia de que no está referida a un “documento”, sino a un “mensaje” y excluyendo una oración corta referida a la susceptibilidad de manipular correos electrónicos.
“Este mensaje y cualquiera de sus adjuntos son confidenciales y se dirigen exclusivamente a su destinatario. Cualquier alteración, impresión, uso o diseminación no autorizada está prohibida. Los correos electrónicos son susceptibles a la alteración. No seré responsable del mensaje si se altera, cambia, falsifica, imprime o difunde sin mi autorización”.
Es la única versión del descargo similar que fue hallada en la investigación realizada.
Lo anterior no demuestra, por sí solo, una relación directa entre quien elaboró el documento atribuido a Catar y el remitente del correo que Coronil Hartmann publicó en 2020. Sí confirma, en cambio, que ese mismo texto se ha utilizado como descargo en correos personales en el contexto venezolano y que pudo haberse incorporado al pie de página de una plantilla de procesador de texto (como Microsoft Word) para simular un documento oficial catarí.
Ausencia total de firmas o sellos oficiales
El documento menciona nombres específicos de figuras políticas venezolanas y hace referencia a negociaciones de alto nivel, pero carece de firmas manuscritas, digitales, sellos oficiales o cualquier elemento formal de autenticación institucional.
En documentos que han circulado en contextos políticos similares y que han resultado ser falsificaciones, sus fabricantes han incluido firmas digitalizadas —extraídas de documentos antiguos, fotografías públicas o incluso de fuentes como Wikipedia— para proporcionar un mínimo de credibilidad visual.
Un documento sin firma o sello es, por definición, un borrador o una nota informal, extraoficial.
Firma críptica sin atribución de autoría
Al final del documento aparece únicamente la referencia «AJLF/08/25», sin explicación de su significado o a quién corresponde. Aunque es probable que “AJLF” se corresponda con las iniciales de algún nombre latinoamericano y se infiere que el número 08/25 correspondería a agosto de 2025, no está claro si el texto tiene algún otro significado.
En documentos filtrados previamente en contextos políticos similares —sean auténticos o falsificados— suele existir referencia al autor, responsable o remitente, ya sea mediante nombre completo, cargo oficial, sello institucional o algún elemento que permita atribuir autoría o profundizar en una investigación sobre la veracidad del documento.
Esta opacidad total en la atribución de autoría constituye otra señal técnica que apunta hacia la fabricación o manipulación del documento, o a la descontextualización de un borrador o un documento real, pero no atribuíble a la Cancillería de Catar.
Inconsistencia de idiomas
El hecho de que este documento esté completamente en español mientras el pie de página y nombre del ministerio permanecen en inglés, refuerza la hipótesis de que se trata de un documento ensamblado combinando elementos de distintas fuentes (un logo descargado y alterado, un pie de página copiado y un texto redactado en español).
Lenguaje inadecuado para un documento diplomático
El análisis del contenido textual revela expresiones redactadas con expresiones incompatibles con un texto diplomático formal.
Expresiones como “el régimen de Maduro” u “operadores diplomáticos” resultan poco habituales en el lenguaje diplomático en español, y no parecen propias de un documento oficial redactado por una cancillería o entidad diplomática, donde el estilo suele ser neutro, técnico y cuidadosamente equilibrado para evitar posicionamientos explícitos.
Ausencia de contexto y elementos de identificación del origen
El documento supuestamente filtrado carece de elementos verificables, o al menos información contextual, que permita a terceros confirmar su origen de manera independiente.
Documentos, emails, bases de datos, memorandums y bases de datos legítimamente filtradas en el pasado, han contenido múltiples pistas que han permitido a investigadores y verificadores independientes confirmar su legitimidad: URLs de origen (en el caso de impresiones digitales de páginas web o emails), remitentes y destinatarios repetidos en múltiples documentos (en filtraciones masivas de correos electrónicos), códigos y nomenclatura específica (en memos militares filtrados), metadatos e incluso, sellos y firmas de personas involucradas que pueden ser rastreadas y comparadas.
El documento supuestamente filtrado con el logotipo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Catar no contiene ningún elemento técnico de este tipo, más allá del supuesto firmante en la tercera página, el membrete y el pie de página presente en todas las páginas.
Un documento falso no descarta negociaciones reales
Tras la publicación del documento, varias figuras políticas mencionadas explícitamente en el texto como Gerardo Blyde, Henrique Capriles Radonski y el rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Arturo Peraza, han negado categóricamente estar involucrados en las negociaciones descritas, haber tenido conocimiento de la existencia de las negociaciones, el documento e, incluso, conocer a alguna autoridad catarí.
Que este documento específico presente múltiples señales de falsificación no implica automáticamente que no puedan existir negociaciones reales relacionadas con Venezuela ocurriendo por otros canales.
Las negociaciones secretas en contextos de crisis política son una práctica común en la diplomacia internacional y generalmente involucran a múltiples actores: gobiernos extranjeros, organismos multilaterales, representantes de oposición y del gobierno en disputa. Este tipo de conversaciones suelen mantenerse en absoluta confidencialidad hasta que alcanzan acuerdos verificables o hasta que alguna de las partes decide hacerlas públicas con fines estratégicos.
El análisis del documento atribuido al Ministerio de Relaciones Exteriores de Catar revela un patrón de inconsistencias que cuestionan seriamente su autenticidad.
La total ausencia de firmas o sellos oficiales, el lenguaje incompatible con los protocolos diplomáticos, las inconsistencias en el pie de página y las anomalías en la presentación del logotipo sugieren que el documento fue construido mediante la combinación de elementos gráficos descargados o copiados de distintas fuentes. No presenta indicios que permitan vincularlo con certeza a un documento oficial catarí, lo cual constituye el único motivo por el que ha cobrado relevancia en los últimos días.
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